miércoles, 16 de enero de 2013

Desmadre administrativo. Limites limitadores.



Desmadre administrativo. (Parte 1ª). Límites limitadores. Autonómicos. Provinciales. Comarcales. Municipales. Barreras que obstaculizan el posible desarrollo. Cicatrices que no curan.

Todos estos pueblos que nos ocupan han pertenecido a la Comunidad de Aldeas de Daroca hasta el siglo XIX, en un entorno mas o menos natural de organización cotidiano, hasta la división en las actuales provincias. En 1834 quedaron adscritos a la provincia de Teruel y al partido judicial de Montalbán. Posteriormente en 1965 pasaron al de Calamocha.
En el año 2003 se incorporó la Comarca del Jiloca a la escala del organigrama administrativo.

En el devenir diario de las gentes que aqui viven, surgen todo tipo de necesidades, tanto privadas como "oficiales" que hay que solucionar. Es a veces mareante la cantidad de dependencias, segun el asunto, y los lugares a los que hay que acudir para resolverelos: Calamocha. Belchite. Montalbán. Herrera. Muniesa. Moyuela. Loscos. Azuara. Daroca. Teruel. Zaragoza...

Por todos estos órdenes, algunos días a nuestros convecinos les entran angustias y sofocos, más de lo necesario, ante la necesidad al tener que tratar alguno de los asuntos cotidianos de la vida. De su vida diaria.
¿Hacia dónde vamos hoy?   Según... ¿Médico...? ¿Colegios...? ¿Papeles...?  ¿A trabajar? ¿A comprar? ¿A visitar convecinos...?  ¿Echar gasolina...? ¿al taller...?

Mapa de la zona de Salud de Herrera de los Navarros 
 
Lleva unos días que no respira bien, le duele el pecho y tiene algo de miedo; ya es mayor, mozo viejo que dicen aqui. Así que de hoy no pasa. Hoy a Herrera de los Navarros, que el médico está allí. Por cierto que se puede visitar su blog:  http://consejoherrera.blogspot.com.es/

Una vez arreglado y limpio, como debe ser para ir al médico, se dirige a la cochera y arranca el viejo R6, matrícula de Teruel, que responde como si tuviera aún dos años, y con la tranquilidad que dan los años, encara la vieja carretera hacia Herrera de los Navarros, ya en Zaragoza, donde está el Centro  de Salud al que corresponde la zona. Le esperan unos 20  kilómetros de estrecheces, curvas y baches y hay que tomárselo con tranquilidad, que si viene alguien de frente, hay que orillarse bien para caber los dos.

Superar este escollo antes de llegar al médico, ya es una verdadera prueba de paciente. Hay un par de kilómetros que parecen una autopista y hasta el R6 se pone alegre ante ese suelo tan delicado, tan fino, que acostumbrado a los de más atrás, parece como si les estuvieran gastando una inocentada. Casi parecen decorados. No, no. Son los kilómetros de alguna fase de esas, que hace unos años vieron un presupuesto y recibieron un buen remozado. 

Antes de salir de casa llamó desde el fijo a Herrera, llamada interprovincial, para ver si estarían los médicos cuando él llegara. No estaban. Le dijeron que se habían ido a una urgencia a Aguilón, pero que seguro que cuando él llegara ya habrían vuelto, o al menos eso esperaban. Por  si acaso y ahora que la carretera es buena, quiere comprobarlo y llama otra vez. Con el móvil. Ese que le regalaron los sobrinos, que también casi de la misma quinta que el R6, pero que tampoco le falla. Pero, aquí no hay cobertura, apenas llega una rayica, pero que si te mueves desaparece. Nada. 
Y a todo esto, cuidado, que entramos ya en la provincia de Zaragoza y, que contradicción, aquí la carretera recupera su perfil de toda la vida. Apenas si cabe el R6 de ancha, los botes que da el coche parecen saltos de trampolín, y ojo, menuda curva nada más entrar. Menos mal que son ya muchos años y se la conoce como la palma de la mano. Y la velocidad es la adecuada a todos: carretera, coche y conductor. 

Entrando en la provincia de Zaragoza

Parece mentira que estemos en Zaragoza y todavía queden estas carreteras. ¡Claro, como ellos no van casi nunca hacia el sur, hacia Teruel, para que la van a arreglar!
Por lo menos ya llegamos al Villar de los Navarros y de aquí en adelante mejora algo, pero no mucho más. 

...continuará

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